En el centro de la transición energética, las estructuras para paneles solares fotovoltaicos, tanto con seguidor como con estructura fija, se erigen como pilares de un mañana más verde. España destaca como un líder indiscutible, respaldando la fortaleza del sector de la energía solar. Nos lo indican los últimos datos de Red Eléctrica que calcula la cuota renovable del país en el 50,8% y, concretamente, a la fotovoltaica como la tecnología de generación de electricidad con más potencia instalada con 30.732 MW.
En este contexto, la durabilidad de las estructuras para instalaciones fotovoltaicas es un tema crucial y las garantías que respaldan la fiabilidad de estas infraestructuras son indispensables. En un escenario donde la confianza es clave, el sector fotovoltaico en España busca ser un faro de seguridad.
Una de las características más demandadas en las estructuras fotovoltaicas es su capacidad para resistir las condicionales climáticas y ambientales. Quienes estamos comprometidos con la calidad nos tomamos muy en serio elementos como la durabilidad de nuestras estructuras, que van más allá de las expectativas, asegurando la eficiencia y el rendimiento constante de las instalaciones durante décadas. Estas garantías no solo reflejan la calidad de nuestras estructuras, mediante el uso de acero galvanizado y acero con acabado Magnelis® o equivalente, sino que también subrayan el compromiso con la construcción de un futuro sostenible.
La innovación y el desarrollo tecnológico son los cimientos sobre los cuales se construye la fortaleza de este sector. En nuestro caso, invertimos continuamente en I+D+i, mejorando la resistencia y adaptabilidad de las estructuras, adaptándolas a las condiciones climáticas variables (resistencia al viento, lluvia, etc) y a distintos terrenos e inclinaciones. Este enfoque proactivo asegura que las instalaciones fotovoltaicas no solo sean eficientes desde el principio, sino que también perduren en el tiempo.
La creciente conciencia ambiental y la voluntad de adoptar soluciones más sostenibles han llevado a un aumento significativo en la demanda de energía fotovoltaica y el sector ha respondido con esa capacidad instalada que mencionábamos al principio. Este impulso fortalece la posición del país como un líder europeo, pero sobre todo nos exige mantener y garantizar los más altos estándares en la cadena de diseño, fabricación y suministro, además de las certificaciones preceptivas. Todo ello, así como la confianza de los consumidores y la inversión constante en infraestructuras sostenibles crean un círculo virtuoso que impulsa el crecimiento del sector.
En definitiva, la garantía de durabilidad en las estructuras para instalaciones fotovoltaicas debe servir de testimonio del compromiso empresarial con la transición hacia fuentes de energía más sostenibles. Aunque, en realidad, la fortaleza del sector no solo radica en la calidad de sus productos, sino también en la visión optimista y proactiva. En ESAsolar trabajamos por un mañana más luminoso para todos.