Las elecciones europeas del 9 de junio de este 2024 han marcado un hito significativo para la industria fotovoltaica. Los resultados reflejan continuidad del Pacto Verde Europeo, por lo que se espera mantener el compromiso renovado con la transición energética y el desarrollo sostenible. En ESAsolar exploramos las expectativas y oportunidades para el sector fotovoltaico en el contexto poselectoral.

Compromiso con la energía renovable

El Parlamento Europeo ha mostrado un creciente apoyo a las políticas ambientales y energéticas sostenibles. Con una mayoría de eurodiputados comprometidos con la agenda verde, se espera que la Unión Europea mantenga sus objetivos climáticos. En particular, se ha propuesto aumentar la participación de las energías renovables en el mix energético hasta un 42,5% para 2030, lo cual representa una oportunidad significativa para la expansión de la energía solar fotovoltaica. No obstante, el ritmo de las prioridades establecidas hasta ahora podría ralentizarse relativamente, para promover la soberanía energética.

Incremento de inversiones y financiación

Los fondos europeos destinados a la transición energética, como el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y REPowerEU, podrían extenderse más allá de 2027 en el nuevo marco financiero plurianual. Estos fondos, que ya asignan millones de euros a proyectos de energía limpia, han apoyado proyectos fotovoltaicos de todo tipo, desde macroproyectos a proyectos de autoconsumo y comunidades energéticas. Los inversores privados también están mostrando un interés creciente en el sector fotovoltaico. De hecho, el ‘Informe Mundial en Energía 2024’, de la Agencia Internacional de la Energía, revela que la inversión total en todo el mundo en energía podría superar por primera vez los 3 billones de dólares a lo largo de este año.

Innovación, desarrollo tecnológico y empleo

La industria fotovoltaica se beneficiará de un entorno que fomenta la innovación. Los resultados electorales sugieren apoyo a la investigación y desarrollo en tecnologías solares avanzadas, como los paneles bifaciales, trackers y las soluciones de almacenamiento de energía. Además, la digitalización del sector, con el uso de inteligencia artificial y el internet de las cosas (IoT) para optimizar el rendimiento de las instalaciones solares, será una prioridad en la creciente electrificación de múltiples industrias.

Esta digitalización también creará empleo. Se estima que la expansión de la energía fotovoltaica generará nuevos puestos de trabajo en Europa, desde la fabricación y mantenimiento de estructuras y paneles solares, el almacenamiento y la gestión de residuos, hasta la investigación y desarrollo. Esto contribuirá a una recuperación económica más verde y sostenible.

Desafíos y consideraciones

A pesar del optimismo, la industria fotovoltaica enfrenta desafíos significativos, que no podemos obviar: la disponibilidad de materias primas críticas; la necesidad de una red eléctrica moderna y eficiente para integrar de manera efectiva la energía solar en el sistema energético europeo; el almacenamiento para hacer de esta fuente de energía un recurso gestionable y aprovechar la sobre capacidad de producción; la entrada en vigor de impuestos a las renovables en algunas regiones, como el caso de Aragón en España.

Por otra parte, hemos de contemplar la fortaleza de energías que entraron en la taxonomía verde como la nuclear, especialmente en países como Francia y que suponen un reto para otras tecnologías como la fotovoltaica; además, es fundamental fomentar la circularidad de la fotovoltaica, para dar salida a los residuos que genera el sector.

En síntesis, los resultados de las elecciones europeas del 9 de junio son un indicio claro de un futuro más verde y sostenible para la Unión Europea, gracias a que el pacto verde europeo quedaría revalidado. La posible desaceleración que favorezca la soberanía energética, mientras se desarrollan las tecnologías y la capacidad de almacenamiento, supone una oportunidad para invertir en innovación y en talento dentro del sector.

La industria fotovoltaica está bien posicionada para aprovechar las oportunidades que surgen de este nuevo panorama político, por lo que es fundamental la colaboración entre gobiernos, empresas y ciudadanos para asegurar un futuro sostenible para todos.